El otro día hablábamos del árbol de Sobrarbe, y si seguimos «leyendo» el escudo de Aragón el segundo cuartel es el de la cruz de Iñigo Arista, una cruz de plata en campo azul. También se refiere a una historia legendaria, pero… vayamos por partes. Antes de nada, ¿quién era Iñigo Arista?
Como estamos hablando de hace más de 1.000 años ya os podéis imaginar que no tenemos fotografías, pero tampoco ningún retrato suyo pintado (era algo que por el siglo IX, que es cuando vivió, no se estilaba). Eso sí, os puedo enseñar un monumento dedicado a él en Pamplona:
¿Cómo lo veis? Enorme es, eso sí, pero no nos deja muy claro cómo podía ser, ¿no? A ver qué os parece este otro, que está en la plaza que hay frente al Palacio Real de Madrid.
Alto, guapo y «bien plantao», ¿no? Pues sí, pero siento decepcionaros. La verdad es que no tenemos ni idea de su aspecto real, y los artistas que lo han representado se lo han tenido que imaginar, así que haceros a la idea de que nos tenemos que resignar a no saber cómo era, pero… alguna cosa sobre él sí que podemos contar.
Para empezar, ¿no os llama la atención que si estamos hablando del escudo de Aragón os ponga una foto de un monumento en Pamplona? Pues el motivo es que Iñigo Arista fue rey de Pamplona. El primero, concretamente, allá por el año 810, año más o menos. Sobre él se cuentan muchas cosas, pero nos quedaremos con los que dice Jerónimo Zurita, el más serio y riguroso de todos los cronistas que tuvo el Reino de Aragón: «…por ser muy animoso y valiente en las armas y muy feroz en acometer a los enemigos en las batallas le pusieron el nombre de Arista. Y fue el primero que bajó de las montañas a lo llano de Navarra y ayuntó grandes compañías de gentes para hacer guerra a los moros; y por su extremado valor fue elegido rey de Pamplona«. O sea, que seguimos en ese tiempo en el que se mezclan la historia y la leyenda, y aquí justamente entra el episodio de la cruz. Pero antes, vamos a situarnos, porque se dice que tuvo lugar en el condado de Sobrarbe.
Hacía más o menos 100 años que los musulmanes habían entrado en España por Tarifa, después de cruzar el estrecho de Gibraltar, y habían ocupado toda la Península. ¿Toda? No, toda no, pues algunos cristianos se refugiaron en las montañas de Asturias y en el Pirineo y poco a poco se fueron organizando. En Aragón, ya sabéis, nacieron tres pequeños condados llamados Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Pues bien, esta historia se sitúa en el de enmedio, concretamente en un lugar conocido como El Pueyo de Araguás. Cuenta la leyenda que mientras sus habitantes estaban en plena batalla contra los musulmanes Iñigo Arista estaba cerca de allí esperando noticias para acudir con sus tropas en su ayuda, cuando de repente… ¡¡¡Vio en el cielo una cruz plateada resplandeciente!!! El rey y sus caballeros, animados por aquello, sorprendieron a los musulmanes y, tras una victoria aplastante, los caballeros de Sobrarbe convirtieron a Iñigo Arista en su rey.
Mucho tiempo después se llegó a creer que la cruz plateada sobre fondo azul había sido el emblema más antiguo de los reyes de Aragón (Pedro IV estaba tan convencido que tenía incluso unas cortinas en su cama con ella, y envió a la tumba de Iñigo Arista, en el monasterio de San Victorián, «un panyo d’oro… con senyales d’Aragón antigos… segund que antigament los reyes d’Aragón los solían fazer«).
Por cierto, en heráldica esa imagen se conoce como «Aragón antiguo«, aunque hoy todos conocemos este cuartel del escudo como «cruz de Iñigo Arista«. El que le puso el nombre fue Jerónimo Zurita en sus «Anales de la Corona de Aragón«, y es curioso que sea precisamente él el que nos hable de un hecho legendario como este. ¿Por qué? Pues porque Zurita (quien, por cierto, cumpliría ahora 500 años) fue el primer historiador de verdad de Aragón. Lo normal era que los cronistas usaran leyendas y las mezclaran con la realidad para recrear un pasado prestigioso, pero Zurita no era de esos. Cuando fue nombrado Cronista del Reino en 1547 hizo algo que no era normal en absoluto en una Europa en la que las monarquías construían la historia de sus países a su gusto, llenándola de fantasía y de verdades a medias: rebuscar en los archivos y escribir la historia a partir de los documentos que encontró, despojándola de leyendas. No de todas, sin embargo, pues fue el que nos transmitió la que cuenta el segundo cuartel del escudo.
Por cierto, ¿por qué está ahí la cruz de Iñigo Arista? ¿Qué nos cuenta? Pues por un lado representa a la primera dinastía de reyes aragoneses, muy vinculados al reino navarro, pero sobre todo recuerda (como el árbol de Sobrarbe) al origen pirenaico y cristiano del reino. Todavía nos quedan dos cuarteles en el escudo, cada uno de ellos lleno también de montones de historias. Si no queréis perdéroslas, podéis seguirnos entrando en http://www.facebook.com/identidadaragonesa o en twitter, @estatutoaragon.
por ser muy animoso y valiente en las armas y muy feroz en acometer a los enemigos en las batallas le pusieron el nombre de Arista…
Parece que en realidad le pusieron Aritza (roble) y al pasarlo al romance se convirtió en Arista…
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Què linda historia! Yo, soy Arìsta y dicen que toda nuestra familia, es del mismo linaje que Iñigo Arista. Muchas gracias por publicar, esta historia. Bendiciones. Socorro.
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