El Sermón de las Tortillas de Teruel

Como todos los municipios, la capital de la provincia de Teruel tiene la facultad de señalar como fiesta local dos jornadas del año. Uno de esos días es siempre el lunes de la Vaquilla, la última jornada de las fiestas de julio que protagonizan los toros ensogados. La otra fecha es el martes después de la Pascua de Resurrección, cuando se celebra el llamado “Sermón de las Tortillas”. Es esta una costumbre tan arraigada como singular, de origen incierto, que también define a los capitalinos.

El Sermón de las Tortillas es una celebración muy popular. Fuente: Diario de Teruel.

La esencia del Sermón de las Tortillas se aleja de los actos institucionales o religiosos. Se trata de un día de esparcimiento con las familias o los amigos en alguno de los parajes naturales de los alrededores de la ciudad. Superando cambios sociales y situaciones históricas, los vecinos han mantenido la larga tradición de reunirse de forma comunitaria. Se ha hecho en lugares como la Cuesta de la Cera, la Atarazana o la fuente del Chorrillo, o en privado, en las casas de campo que salpican la huerta.

Los más mayores recuerdan que hace tiempo solo se iban de merienda, porque por la mañana había que trabajar. Antes de que se generalizaran los automóviles, la mayoría de la gente se reunía cerca del casco urbano, alrededor de una ermita ya desaparecida en el entorno de la actual cárcel. Era el día en el que se empezaba a consumir la conserva del cerdo que se había sacrificado durante el invierno y se compraban unas tradicionales roscas de bizcocho con huevo duro. Y, para completar el menú, nunca faltaba la indispensable tortilla.

Las tortas de bizcocho con huevo duro son un ingrediente tradicional. Fuente: Diario de Teruel.

Pero, ¿es posible determinar el origen de esta fiesta? Dice el historiador José Manuel Abad que la celebración podría estar relacionada con las actividades de dos instituciones históricas: el Concejo de la Villa y la cofradía de Nuestra Señora de la Villa Vieja. Esta última es la más antigua de las hermandades de la ciudad de Teruel, con referencias a mediados del siglo XIII. Es una referencia básica en la historia que algunas hipótesis relacionan con la primitiva ubicación de la ciudad cristiana, la primera ermita y la organización que se constituyó para regentarla.

En el siglo XVIII se documenta por primera vez la “Fiesta de los Rollos”, que tenía lugar el primer día de mayo y muchos consideran precursora del Sermón de los Tortillas. El objetivo de la celebración era practicar la caridad. La cofradía de Nuestra Señora de la Villa Vieja recogía por las casas litros de vino y rollos o roscas para repartirlos a todos en la puerta de la ermita, justo después de una procesión que se iniciaba en la Parroquia de San Pedro.

La celebración hunde sus raíces en el Teruel medieval.

Por otra parte, el Concejo de la Villa tenía establecido el martes de Pascua como el día en el que se renovaban por un año los oficios municipales. Era una decisión de importantes implicaciones políticas y sociales que se producía a las puertas de la Catedral, sobre las 12 del mediodía. Después todo el mundo se iba a comer al campo, cerca de la ermita de la Villa Vieja. La Cofradía también estaba presente en esta jornada, celebrando una misa de réquiem por los cofrades y familiares difuntos. Y algunas crónicas cuentan que era costumbre dedicar un pequeño sermón a cada uno de los fallecidos.

Los historiadores creen que una mezcla de las dos celebraciones, muy cercanas en el calendario, generaron la fiesta del Sermón de las Tortillas con su formato actual. Los estatutos de la Hermandad de 1899 recogen que tras “las vísperas que se cantan en la ermita de Nuestra Señora de la Villa Vieja, la tarde del tercer día de Pascua de Resurrección” se repartía un refresco “a los señores sacerdotes de las hermandad, señor predicador, junta de cargos y demás cofrades en la ermita o en la iglesia de San Martín, según el estado atmosférico”.

Los primeros escritos sobre la fiesta resaltan la importancia de la tortilla. Fuente: Diario de Teruel.

Los artículos periodísticos de la época también recogen la celebración de la fiesta, señalando como los turolenses se esparcían por los alrededores de la ermita para merendar con los tradicionales rollos de Pascua y, apuntan, “las estimadas tortillas”. En una nota del Heraldo de Teruel de 1897 se encuentra por primera vez el nombre “Sermón de las Tortillas”. Un documento de 1878, atribuye al Padre Paúl Nicanor Abad un sermón en el que instaba a acudir a honrar a la Virgen “con vuestras cestas y vuestras tortillas”.

¿Y cómo ha evolucionado la celebración? Tras el parón obligado por la Guerra Civil, la Cofradía de la Villa Vieja quiso volver a relanzar el “Sermón de las Tortillas”. Durante las décadas de los 40 y 50 se recuperó con éxito inmediato, de tal forma que el Ayuntamiento debe hacerse cargo de su titularidad por el cada vez mayor seguimiento popular. En las siguientes décadas se asienta en el calendario festivo, aunque ya despojada de todo contenido religioso. Con la democracia se convierte en día de fiesta local.

La celebración se ha mantenido con fuerza en las últimas décadas. Fuente: Diario de Teruel.

 Actualmente, la ciudad se sigue quedando vacía cada martes después de Pascua. Miles de turolenses salen hacia los parajes naturales para seguir celebrando la fiesta. El parque de Fuentecerrada, a unos kilómetros del centro urbano en la carretera de salida hacia Valencia, es la zona más concurrida para la comida campestre.

Es una fiesta de convivencia al aire libre y con amigos. Fuente: Diario e Teruel

Las tortillas que dan nombre a la fiesta apenas se ven a la hora de comer, momento en el que los participantes apuestan por menús como la paella o la carne a la brasa. Quizá en un homenaje inconsciente a la costumbre, las tortillas se dejan para la merienda. Generalmente son de patata. Antes, en el postre, ya han aparecido las tradicionales roscas con el huevo duro. La masa de este elemento tradicional está elaborada con harina, masa de pan, huevos, azúcar, mantequilla, aceite de oliva o anisetes de colores. Casi todas las familias o grupos de amigos tienen una.

Casi todas las familias y grupos de amigos compran una rosca para este día. Fuente: Diario de Teruel.

 Esta es una celebración de y para los ciudadanos, completamente alejada de lo formal. Aunque últimamente se han unido al día los festejos taurinos y muchos van hasta la plaza de toros para acabar la jornada, el grueso de la fiesta sigue estando alrededor de los manteles, en las conversaciones amenas de amigos y familiares. El Sermón de las Tortillas parece haber cambiado poco, y se mantiene desde el medievo como una de las fiestas que definen a la Ciudad de Teruel.

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